Las texturas son lo último que viene a nuestra cabeza al
momento de pensar en la decoración, pero pueden ser tus grandes aliadas siempre
y cuando no satures en exceso con ellas ya que lejos de volver atractivos los
espacios, los volverás un lugar lleno de distracciones para el ojo de quien se
encuentre ahí.
Para comenzar debes tomar en cuenta que existen dos tipos de texturas ya que
las percibimos de distintas maneras, unas son las texturas visuales que son las
que percibimos con la vista ya sea una pintura o una fotografía, estas texturas
pueden ser reales o irreales y las texturas táctiles que son las que percibimos
por medio del tacto, junto con esto es bueno que sepas que:
Las superficies lisas transmiten una sensación de orden y limpieza muy
apropiadas para un lugar de trabajo, una cocina o un baño. Una mesa de vidrio
por ejemplo, o una superficie lustrosa puede contrastar agradablemente con la
calidez de una alfombra, un tapizado o unas cortinas.
Las mismas telas ofrecen la posibilidad de contrastar
texturas, por ejemplo el terciopelo, que se usa en combinada con la gasa
transparente o el chintz rasado que da la aspereza del tejido en una decoración
rústica.
Las paredes de colores intensos deben repartirse para no
saturar el ambiente
Por otro lado, la luz influye en colores y texturas,
modificando su apariencia.
Las superficies brillantes reflejan la luz mientras que las
opacas las absorben, por lo que el mismo color puede parecer más claro en una
pared pintada al agua que en una alfombra o un tapizado áspero.
Las sombras tienden a acentuar la textura, de
modo que un revestimiento de pared muy texturizado se ve mejor cerca de una
ventana que en la pared opuesta a ella.
Para principiantes, la mejor manera de comenzar a usar texturas, y cualquier
elemento nuevo de decoración, es en acentos. Esta también es una buena manera
de probar si cierto material, textil o color se verá bien en la decoración del
espacio. Una alfombra, ya sea suave y gruesa, o barroca, puede ayudarte a
definir el espacio. Marcos de cuadros y espejos tallados le dan
interés a la pared. Si usas velas, prueba porta velas de nuevos materiales y
terminados. Una vez que estés seguro que tipo de texturas quieres incluir,
puedes empezar a mezclarlas para crear un estilo ecléctico y con dimensión.
Al usar texturas no pienses que con solo agregar una
alfombra de área estás lista. La meta es crear un espacio donde varios tipos de
texturas compartan el espacio. Para lograr esto debes mezclar diferentes tipos
de materiales. Los muebles de madera sin terminar, o con un estilo Shabby
Chic, pueden resaltar más con detalles metálicos. Considera pintar acentos
o patas de un mueble de dorado o plateado. Las telas son la mejor manera de
mezclar texturas. Usa cojines de lana, seda, terciopelo y otros materiales.
Mantén el mismo color o estampado para que combinen. Compra
decoraciones y acentos de distintos materiales y mézclalos en una misma repisa.
Agrega una silla de ratán en una esquina.
Incluso si te consideras un poco más atrevida, puedes experimentar un cambio texturas son
un elemento que hace de nuestras paredes un objeto más de decoración,
generando contrastes de materiales, e incluso luces y sombras, al tiempo que es
un método decorativo muy simple y para nada costoso.
De hecho, muchas veces los cuartos con paredes lisas y todas
en un mismo color dan una sensación de aburrimiento y seriedad. Pero basta una
sola pared con un acabado diferente para que todo el conjunto resalte
más. Por ello, hoy te traemos algunos ejemplos y tips para decorar
las paredes con texturas y arrojar un poco de informalidad, movimiento y
contraste en cada una de las habitaciones de tu hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario